Había una vez una princesa que era muy feliz. Un día un malvado brujo que envidiaba esa vida le echo una maldición y la encerró en la torre mas alta del castillo a esperar que se olvidara de cómo era ser feliz.
Allí encerrada, la pobre princesa se dedicaba a soñar como seria su vida fuera del castillo.
Los días pasaban y pasaban lentos como una tortuga, y la princesa soñaba con jardines llenos de rosas, noches viendo las estrellas, largos paseos, viajes maravillosos…
Un día sin mas la princesa la puerta de la torre se abrió y la princesa quedo libre, tardo mucho tiempo en volver a retomar su vida pero volvió a ser feliz.
El brujo la seguía vigilando y en cuanto la princesa volvió a ser feliz, volvió a encerrarla.
La princesa no entendía lo que pasaba pero después de mucho patalear y llorar se resigno a su nueva realidad y espero la ansiada libertad.
En cuanto la princesa perdió la esperanza el brujo volvió a abrir la puerta, la princesa no daba crédito, libre otra vez!!
Pero en cuanto todo iba bien y el brujo la veía feliz, volvía a encerrarla.
Llego un día que comprendió como burlar la maldición, y cuado la dejo libre otra vez intento no ser feliz, preocuparse por cosas, que en el fondo le daban igual, y decir a todos lo desgraciada que era por esas tonterías y sin darse cuenta acabo creyéndoselas de tal forma que olvido volver a ser feliz.
Allí encerrada, la pobre princesa se dedicaba a soñar como seria su vida fuera del castillo.
Los días pasaban y pasaban lentos como una tortuga, y la princesa soñaba con jardines llenos de rosas, noches viendo las estrellas, largos paseos, viajes maravillosos…
Un día sin mas la princesa la puerta de la torre se abrió y la princesa quedo libre, tardo mucho tiempo en volver a retomar su vida pero volvió a ser feliz.
El brujo la seguía vigilando y en cuanto la princesa volvió a ser feliz, volvió a encerrarla.
La princesa no entendía lo que pasaba pero después de mucho patalear y llorar se resigno a su nueva realidad y espero la ansiada libertad.
En cuanto la princesa perdió la esperanza el brujo volvió a abrir la puerta, la princesa no daba crédito, libre otra vez!!
Pero en cuanto todo iba bien y el brujo la veía feliz, volvía a encerrarla.
Llego un día que comprendió como burlar la maldición, y cuado la dejo libre otra vez intento no ser feliz, preocuparse por cosas, que en el fondo le daban igual, y decir a todos lo desgraciada que era por esas tonterías y sin darse cuenta acabo creyéndoselas de tal forma que olvido volver a ser feliz.
Comentarios